En Salud Mental no hay medicamentos y las guardias están absolutamente desbordadas

El personal de Salud Mental del Hospital Regional y de sus dispositivos externos aseguraron que viven una "situación límite". En el sector ni siquiera tienen un baño para poder higienizarse y faltan elementos básicos para tratar a los pacientes. No hay antiepilépticas, antidepresivos y antipsicóticos que son drogas cuya ingesta no puede interrumpirse. Mientras tanto, el servicio de internación comenzó con atenciones mínimas.

En el Hospital Regional de Comodoro Rivadavia no existe un área que esté funcionando normalmente debido a la crisis económica del Estado provincial y al reclamo de los trabajadores por el pago de sus haberes. A todo esto hay que sumarle que los empleados de la administración pública no cuentan con los elementos básicos para desempeñarse y, en algunos casos, de higiene. Es por eso que los trabajadores del área de Salud Mental informaron que mantendrán la retención de servicio hasta que se les pague la totalidad del salario y las condiciones de trabajo sean normales.

En conferencia de prensa, Gustavo González, jefe del área de Salud Mental, sostuvo: “nosotros estamos bregando porque se nos pague nuestro salario y hasta habíamos llegado hasta naturalizar el pago escalonado. Pero hoy, la incertidumbre de la falta de pago ha llegado a un tiempo complejo pero como le decía los pacientes de salud mental nosotros no estamos nada más por nuestro sueldo sino también por la Salud Pública”.

“Estamos para que los pacientes no les falte la medicación, para que tengamos los insumos necesarios para poder atenderlos como el derecho indica y para lo que nos han formado. Nosotros no podemos abandonar a la gente y realmente no sabemos cuáles son las prioridades de la provincia, o si la salud no es una prioridad”, aseguró.

NO HAY MEDICAMENTOS

El médico psiquiátrico Gustavo Escobar manifestó que no hay medicamentos para pacientes que mantienen un tratamiento que no puede ser interrumpido. “El tema es que los medicamentos que se proveen a algunos pacientes de forma continua a veces no se pueden proveer y llevan a replantear tratamientos, junto con médicos y psicólogos tenemos que hacer malabarismos para mantener la estabilidad del paciente”, detalló.

“Hay medicamentos que se deben tomar todos los días y no se pueden suspender. No estamos hablando solamente de tranquilizantes sino drogas muy específicas que no pueden ser interrumpidas, antiepilépticas, antidepresivos, anti psicóticos que no pueden ser interrumpidos. Para muestra le digo que hace un mes no había tiras reactivas para los diabéticos en la farmacia, eso debe dar una idea de la situación”, remarcó el psiquiatra. La médica psiquiatra Marta Rodríguez también aseguró que es muy difícil seguir trabajando en estas condiciones. “El planteo de cualquier tratamiento además de los psicofármacos incluye otras estrategias que son abordajes interdisciplinarios, tratamos diversas patologías, vemos patologías de consumo y depresión, situaciones que pueden terminar en suicidios, esto ha acontecido en la ciudad, lamentablemente hemos tenido la pérdida de nuestros pacientes, esto tiene que ver que no se pueden hacer los diseños que necesitamos que incluye talleres, musicoterapia, centros de día, terapistas, son estrategias que buscan no encerrar a los pacientes. Trabajamos al límite lo único que está funcionando es la guardia, pero no contamos con elementos de higiene básicos”, afirmó.

SIN BAÑO

La situación es extrema en el Hospital Regional a tal punto que en el área de Salud Mental no tienen un baño para poder higienizarse. “Hoy por hoy terminamos trabajando al límite, lo único que está funcionando es la guardia porque después todo lo demás no se puede garantizar. No es solamente por una falta de pago sino también porque no tenemos los recursos. El equipo de guardia ni siquiera contamos con los elementos de higiene como un baño para poder ir, o cosas mínimas como papel higiénico”, graficó.

“Atendemos muchísima gente. Tenemos siempre la sala llena, trabajamos a ‘cama caliente’. Es decir sale un paciente y entra otro. El impacto de la salud mental del que atiende y el que viene a atenderse genera una cadena de problemas que son ajenos a nosotros”, lamentó.

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