La atleta venezolana Yulimar Rojas se metió en la historia de los Juegos Olímpicos. Y lo hizo de qué manera: ganó el oro e impuso récord mundial y olímpico en salto triple.
De hecho, para dimensionar un poco la hazaña de la venezolana hay que recordar que el mejor registro mundial estaba en poder de la ucraniana Inessa Kravets, quien el 10 de agosto de 1995 llegó a los 15,50 metros. Todavía faltaban dos meses y 11 días para que naciera la venezolana.
Este domingo, la atleta de 25 años logró un salto de 15,67 y se quedó con todo lo que se puede quedar un atleta en una disciplina. Rojas, que inició su participación en la final con un 15,41, superando el récord olímpico, esperó a su último salto, desencadenó toda su energía y lo logró.
Por eso las lágrimas, por el trabajo de tantos años y por una presentación impecable que la pone en los libros de los registros de su disciplina. Las lágrimas de Yulimar y la alegría de sus competidoras, pues más allá de ver a otra persona ganar, estuvieron ahí presentes, en un día que será recordado por mucho tiempo si se tiene en cuenta que la venezolana pulverizó una marca que ya lleva más de dos décadas.
Festejo a rabiar y la foto al lado del tablero automático, la imagen para el recuerdo de quien ahora es la reina del salto triple.
Para completar el podio, la medalla de plata quedó en manos de la portuguesa Patricia Mamona, mientras que el bronce fue para la española Ana Peleteiro.